El “Enfant Terrible” y su adicción al café.

Todos conocemos la relación que existe entre el café y la literatura, esta bebida ha logrado convertirse en la musa de grandes obras que han marcado la historia. El café permite explorar otras dimensiones de nuestro inconsciente y entrar en contacto con nuestro interior.
“Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.”- Voltaire
Voltaire era un filósofo extravagante del siglo XVIII que frecuentaba todo el tiempo cafés parisinos en donde, aparte de escribir sus principales obras, se reunía con otras importantes figuras de la época, organizando tertulias en las que se discutían importantes temas. Era necio y le gustaba hacer las cosas a su manera pero siempre con una taza de café llena en las manos.
Consumía grandes cantidades de café (alrededor de 52 a 72 tazas diarias). Su médico constantemente le repetía que esa adicción iba acabar con su vida. Pero él nunca hizo caso y murió a la edad de 83 años.
Voltaire expresaba su gran amor al café, transformándolo en personaje de sus principales obras. Es conocido por su deseo de no querer dormir para continuar con su trabajo, su principal motor para seguir explorando las verdades fundamentales de la razón humana.
Siendo el café el elixir de los grandes pensadores como Voltaire, su función es ayudar a transformar ideas en grandes pensamientos que nutren a la humanidad.
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