¿Podrías imaginar un mundo sin café? Es difícil creer que en algún momento en la historia el café estuvo prohibido por ser una bebida que tenía relación con el diablo. 

Esto sucedió en 1524. El Sultán Selim I prohibió el consumo de café durante 13 años, por considerarla una bebida tóxica que incita a las rebeliones y a comportamientos poco apropiados. Se creía que se posesionaba de las personas y las incitaba a cometer actos inmorales. 

Los sacerdotes católicos europeos pensaban también que la bebida era una invención de Satán, que descendió al mundo mortal para seducir a los hombres. Se comentaba que era un intento de imitación del vino de la eucaristía y una herejía en el reino de Dios. 

En secreto, el Papa Clemente VIII era fanático de esta deliciosa bebida. Tras esperar un largo tiempo tuvo que ingeniar una maniobra para que a la gente se le permitiera tomar café. Después de largas pláticas con sus consejeros privados, surgió una idea en su cabeza para hacer que los sacerdotes dejaran de prohibir el café.  

Citó a todos los sacerdotes de varios lugares de Europa en El Vaticano para anunciar su maravillosa idea y así poder disfrutar de su bebida favorita sin tener que esconderse más. 

Al llegar sus invitados, el Papa Clemente VIII les pidió a todos que se sentarán y escucharan la verdad que había llegado a él por medio de la palabra de Dios. Un poco nervioso, suspiro y dijo: 

“Esta bebida del diablo es tan deliciosa…. deberíamos engañar al diablo bautizándola"- Papa Clemente VIII 

Debido a esta singular frase, se pudo seguir consumiendo café. Así fue cómo se volvió una de las bebidas más famosas del mundo.

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